Sinopsis: Pérez Galdós en el vértice. Veinticuatro miradas es un caleidoscopio de papel creado por un grupo de galdosianos de muy distinta formación y saberes para avivar el interés hacia la totalidad de la obra del gran escritor en el paso a paso cronológico de su creación. Los ensayos cortos que conforman Pérez Galdós en el vértice. Veinticuatro miradas fueron en su origen prólogos individuales que abrieron cada uno de los tomos de la colección Arte, Naturaleza y Verdad que el Servicio de Ediciones del Cabildo de Gran Canaria dedicó a las Obras Completas de Pérez Galdós entre 2005 y 2013. Allí adelantaban al lector la significación de los textos concretos del volumen que introducían. Ahora, rescatado su protagonismo en forma de libro propio, podrá apreciarse la summa critica galdosiana que supone su conjunto; un conjunto, además, excepcional y único, en cuanto elaborado por un entreverado de miradas diferentes cuyo sello individual contribuye a la perspectiva múltiple de saberes que ofrece, y que evidencia el enorme valor de la obra de Galdós para el tiempo presente. Esta edición se enmarca en el programa del Bienio Galdosiano (2018-2020) con que el Cabildo de Gran Canaria quiere homenajear al más grande e internacional de sus hijos.

Sinopsis: Finales de utopía. Cerramos esta colección con las novelas últimas de Galdós, redactadas en el verano de 1905, el otoño de 1909 y la primavera de 1915 mientras estrenaba cinco nuevos dramas y publicaba nueve títulos de "Episodios Nacionales": hilos individuales, todos los textos, del tejido común de un creador que apura la última vuelta de su reloj literario siempre en hora. Poco queda del antiguo realismo. El narrador moderno e inquieto de esconde ahora tras los textos para encubrir con arte --destacádola-- su preocupación ético-social de siempre: son sus herramientas, la estructura dialogada, el escape por la fantasía, el simbolismo, los guiños mitológicos y el distanciamiento irónico bebido en Cervantes. Ala postre, ofrecen los textos propuestas ideales, utópicas: «El raudal de la vida nace en nuestras manos fresco y cristalino», dice la voz de la razón para cerrar la última de estas novelas; «Somos el manantial que salta bullicioso; ellos, la laguna dormida».

Sinopsis: Novelando la historia. Seis títulos de "Episodios Nacionales" recoge este volumen; los últimos; los que publicó Galdós de una quinta serie inconclusa, entre 1908 y 1912. Prosiguen los primeros títulos la línea narrativa e historiográfica de la serie anterior; pero pronto, y con cierto desenfado formal atractivo y novedoso, van abriéndose a simbolismos y rupturas, para ofrecer al lector lecturas complementarias que entremezclan el pasado y su reflexión con el presente y su decepción: "in crescendo" en intensidad, hasta rematar en "Cánovas" una particular memoria política. Tras este episodio, Galdós abandona la tarea de novelizar una historia («las cosas como son») para él inútil y dolorosa. En adelante escribirá sólo novelas subtituladas como "inverosímiles", y dramas y comedias donde las cosas son «como deben ser». Es un sueño esperanzador que, conscientemente, deja como testamento a la humanidad.

Sinopsis: Novelando la historia. Los títulos de este volumen rematan el cuadro histórico-novelístico del reinado de Isabel II desde la Guerra de Marruecos hasta el estallido de La Gloriosa: los tes primeros títulos se centran en las contiendas históricas y su reflexión, y los dos últimos mantienen a los protagonistas históricos como referencia central. En todos ellos, "in crescendo", historia y ficción se imbrican en estrechos paralelismos desde la mirada de un autor-narrador-testigo que ve escapársele de las manos una Historia digna de ser enjuiciada positivamente. En consecuencia, el Galdós explorador tenaz de nuevos caminos novelísticos inaugura para sus textos una nueva forma de "hacer". Los episodios que conforman esta serie cuarta, y la siguiente y última, son magníficos textos, quizás los mejores; pero son muy distintos a los anteriores. Sin duda, a falta de buenas "historias verídicas" el autor necesita contar "historias mentirosas" pero lógicas y estéticas.

Sinopsis: Novelando la historia. Prosigue Galdós la sucesión de su novela histórica dedicando la cuarta serie de su Episodios Nacionales (entre 1902 y 1907) a la etapa del reinado de Isabel II, cuyos hitos y protagonistas titulan los diferentes textos. Aires revolucionarios, pues, dominan la Historia grande y, en consecuencia, la menuda que la sostiene y la explica. En esa interpretación, el novelista consigue unas obras literarias de gran calidad en las que destacan la aguda percepción de las simbologías que encadenan personajes, ambientes y temas. Las cinco novelas de este volumen se redactan entre 1902 y 1904. En ellas un nuevo tipo de memorialista fundamentado en la doblez pragmática de unos tiempos conflictivos y confusos, entra y sale de los textos para desplegar ante el lector, desde el atractivo profundamente irónico de su personalidad y sus juicios, el fresco de la moralidad dudosa de una sociedad rica en intrigas y en contrastes.

Sinopsis: Novelando la historia. Entre 1899 y 1890 publica Galdós los cinco episodios de este volumen, completando así la tercera serie de su novela histórica. El primer título de abre coincidiendo con la muerte de Larra, y el último se cierra con el enlace matrimonial de Isabel II: ambos sucesos, a la vez privados que públicos y de contrapuesta trascendencia negativa, enmarcan la visión irónicamente edulcorada de la decadencia de los idealismos ante la realidad de los abrazos pactados; en la historia y en la ficción. "Bodas reales", espléndido broche de oro de la serie y episodio rotundo marcado por la muerte, el adulterio y la caída de los ideales, inclina aquella revisión histórica hacia lo grotesco y lo degenerado; él único rasgo heroica corresponderá a doña Leandra, una quijotesca manchega que sucumbirá, como lo hicieron los idealismos y los idealistas medio locos de la serie, de Fago a Nelet o Montes de Oca.

Sinopsis: Novelando la historia. Con un «Basta ya», había cerrado Galdós su novela histórica en 1879. La prosigue mediado el 98 redactando en dos años los diez episodios de la serie tercera que abarca la etapa de la Guerra civil y las sucesivas regencias hasta la boda de Isabel II: «Caso a la niña y descanso», explica a A. Maura. Ahora, un autor maduro y sabio conjuga selectivamente los distintos universos de la época (junto a unos hechos históricos decepcionantes, un ambiente cultural atractivo) para aglutinarlos en una ficción narrativa paródica del Romanticismo que se respira. "Zumalacarregui" es "fachada romántica" de esta serie y entrada certera en la realidad del carlismo tras la figura de su mejor General. Prosiguiendo los títulos de este volumen, el lector vivirá la novela de Fernando Calpena (de "Mendizabal, De Oñate a La Granja" y "Luchana" hasta "La campaña del Maestrazgo") conociendo a su vez la trama histórica: ambas empeñadas en un ideal inconsistente y enredadas en subrelatos y protagonismos ricos en atractivo y eficacia.

Sinopsis: Propuestas espirituales. El Galdós de 1897 ha sido recibido en la Real Academia, estrena sello editorial propio y, tras ocho estrenos de distinto éxito, se afianza en la línea personal de un teatro renovador y comprometido. Y es el año de las dos novelas de este tomo, que son clave en su mundo literario. En el primer semestre, el creador de fin de siglo redondea con "Misericordia" el camino "hacia dentro" de su etapa última proponiendo el modelo de la verdadera caridad cristina en el marco social de su más peculiar y atractivo realismo: vivas y parlantes, pueblan las páginas la miseria social por un lado y la burguesía cursi de la Restauración por otro. Al final del año, el pertinaz innovador d técnicas, culmina el camino emprendido de la imbricación de la novela y el teatro con "El abuelo, novela en cinco jornadas", para centrarse temáticamente el la falacia de los valores tradicionales («Señor, ¿hacia qué parte de los cielos o de los abismos cae el honor? ¿En dónde está la verdad?»). Pero el lector comprobará que ambos textos son muchos más ricos de lo que estas pocas líneas pueden sugerir.

Sinopsis: Dilemas espirituales. Señalábamos en "Ángel Guerra" como "desconcierto" la mirada "desde dentro" del Galdós espiritualista del fin del siglo europeo (resumen de su tomo). Tal actitud personal prosigue ahora con "dilema" en la significación de estas dos publicaciones de 1895: "Nazarín", que lo presenta como disyuntiva; y "Halma", que propone una respuesta. ¿Cuál debe ser el verdadero espíritu del cristianismo? ¿Cuál su andadura, en tiempos positivistas? El camino ha de ser espinoso; y la meta un continuo proseguir de compromiso trascendente. Pero hablamos de novela. En ambas, el creador (y el narrador, su cómplice) dialoga con personajes, espacios y situaciones del mayor atractivo y sugerencia, tras la peripecia itinerante de esa metáfora de un nuevo Cristo y Quijote llamado "Nazarín".

Sinopsis: La voluntad femenina. El Galdós maduro, interesado siempre por las individualidades concretas son olvidar el palpitar de su tiempo, publica en 1892 y 1893 "Tristana" y "La loca de la casa": cuando la sociedad tradicional evidenciaba su crisis; cuando Europa respiraba aires renovadores y "la cuestión de la mujer" (su libertad y emancipación) era tema candente que vivía el autor muy de cerca en su vida privada. Son ambos textos historias de heroínas, es decir, de mujeres en lucha con su circunstancia, empeñadas en hacer realidad ideales casi utópicos son más arma que su voluntad y su autenticidad. El componedor del texto parece comprenderlas y hasta admirarlas; pero su fin realista ha de ser la renuncia, la domesticación... el fracaso. En los entresijos de las historias, el trazado de los personajes consigue enlazar los textos con la tradición literaria y abrirlos a la revisión crítica de las corrientes estéticas y sociales de la época.

Sinopsis: Desconciertos espirituales. Nos acercamos al fin del siglo y, en línea con los aires de revolución espiritualista que vive Europa, el gran novelador Galdós vuelve en "Ángel Guerra" (1894) al asunto religioso para iniciar un modernísimo camino de especial interioridad: es la mirada "desde dentro" de la novela europea de la época, tras la que asoma el ideal galdosiano de una religiosidad reformista como renovación social. Tras un trauma personal complejo, el protagonista, hombre de contrastes y desconciertos, querría convertir en divino un amor humano; y emprende la búsqueda de sí mismo y de Dios desde un proceso de profunda revolución personal. Toledo, mística, caballeresca, mágica y tolerante, será espacio simbólico adecuado que protagonista y lector vivirán a través del alma del autor. Tal vez, nunca han estado tan cerca novelador y personaje. ¡Y que atractivo el de los personajes secundarios!

Sinopsis: El personaje en su quemadero. En 1889 rescata Galdós la figura de su usurero más característico para humanizarle como padre atribulado en "Torquemada en la hoguera". Comienza así "el quemadero" del que fue verdugo y ahora es víctima. El lector, cómplice voluntario de un narrador que lo seduce con sus juegos camaleónicos, lo acompañará en los altibajos del proceso de su inmolación en las páginas de "Torquemada en la cruz" (1893), "Torquemada en el purgatorio" (1894), y "Torquemada y San Pedro" (1895). Más allá de la anécdota, la historia de Torquemada es una propuesta se explicación de la España del momento, que arranca de la dimensión histórica, social y moral del protagonista y se sustenta en el juego de perspectivas literarias que los sostienen; la principal, la distancia de la ironía y el humor, que deviene en comicidad y que se aproxima al esperpento.

Sinopsis: Experimentos técnicos y Realidad. Galdós, narrador siempre inquieto e inconformista, sorprende ahora al lector con dos textos independientes que recrean en distintos formatos un mismo asunto argumental: "La incógnita" (1889), novela epistolar, y "Realidad" (1890), novela dialogada, "en cinco jornadas". Ante un hecho externo, "La incógnita" presenta y plantea conjeturas y dudas que la caja mágica de la novela traduce en un modo particular de "Realidad". El autor rompe con ellos las premisas naturalistas de la omnisciencia, la impersonalidad y la objetividad; porque todo en estas narraciones es perspectivismo subjetivista y diálogo directo de los personajes en la escena. De los personajes y de las conciencias; porque sin escenarios ni descripciones externas, todo es miradas hacia adentro; sondeos en las conductas y en las conciencias; en los porqués de los hechos humanos. Nada puede resultar más moderno.

Sinopsis: Patologías sociales. Rodeando "Fortunata y Jacinta" publicó "Lo prohibido" (1885) y "Miau" (1888), magníficos panoramas críticos de sendas patologías sociales del Madrid de la Restauración: la de la alta burguesía en el primero; la de los estratos del funcionariado administrativo en el segundo. Son novelas complejas, elaboradas con especial maestría técnica. En "Lo prohibido" el autor, distanciándose irónicamente del cuadro, cede la voz narradora a una personalidad enfermiza, cínica y egoísta; y conduce al lector, sutilmente, a descubrir el trasfondo verdadero de esa realidad tras lo que se le cuenta tan interesadamente. En "Miau", un desventurado cesante conocido del lector como caricatura grotesca, va convirtiéndose en un ser lúcido y equilibrado a golpe de sufrimientos y decepciones. En la andadura de la novela, la mirada humorístico-cómplice y hasta tierna del narrador, y el atractivo de la pincelada social y humana, restan amargura a un cuadro patético: uno de los más extraordinarios de Pérez Galdós.

Sinopsis: La maestría de la novela (II). Cierra Galdós la tercera parte de "Fortunata y Jacinta" a finales de 1886, y a mitad de 1887 la cuarta. Y ambas de publicaron de inmediato. Enriquecidos ahora los conflictos externos y los espacios internos que el lector conoció en el tomo anterior, llega a su culminación la historia; una historia de la vida real, común, que logra convertirse en materia estética magistral mediante «ciertas urdimbres de todo punto necesarias (...), aderezada, sazonada con olorosas especias».Y en ella, «mirando las cosas desde lo alto» y escarbando en los subterráneos del alma, los sucesos y las individualidades que la protagonizan trascienden su significación primera hasta esencializarse: principalmente, las mujeres de esta historia; y Fortunata de un modo muy especial, como símbolo literario de la autenticidad esencial del pueblo.

Sinopsis: La maestría de la novela (I). Prosiguiendo su mundo de ficción, Galdós publica "Lo prohibido" en 1885. Pero, por razones editoriales, alteraremos la cronología habitual de nuestro proyecto para dedicar este tomo y el siguiente a las cuatro partes de la "summa" galdosiana: "Fortunata y Jacinta", una novela de argumento sencillo y gran complejidad significativa, que consigue enlazar con primor la historia de una época con su realidad individual y social cuando lo subjetivo rompía las ataduras rígidas de los valores burgueses; una novela que contrapone, agónica y trágicamente, la batalla entre lo deseable y lo conveniente, entre la naturaleza y las convenciones. Las dos primeras partes se escriben en 1886 y se publican en 1827. En ellas bullen los distintos estratos del Madrid burgués para enmarcar la historia apasionante de unos sujetos que atrapan al lector en los entresijos internos de su vivir cotidiano en conflicto.

Sinopsis: Epopeyas cotidianas. Continúa Galdós su universo literario con "El doctor Centeno" (1883), "Tormento" (1884) y "La de Bringas" (1884), tres espléndidas narraciones autónomas que, compartiendo personajes e inaugurando estrategias técnicas, ofrecen en su sucesión un panorama de la España pre-septembrina a través de individualidades simbólicas que luchan por hallar su espacio en aquel revuelto torbellino social. Son antihéroes en el calvario de una clase media desorientada: el niño que madura en el servicio a distintos amos, el romántico son sueños de dramaturgo, la mujer-democracia víctima de la dependencia económica y de su propia confusión, el maestro de escuela que procura sobrevivir, el burgués acomodado en su egoísmo, etc.,etc. En los entresijos de la ficción, el autor ofrece atractivos guiños intertextuales (Cervantes, Balzac, la picaresca, etc.) además del panorama literario de una época que él vivió directamente: allí, entre otros datos, el folletín posromántico que viene a significar "Tormento".

Sinopsis: Un nuevo camino. Tras dos años de silencio, Galdós inicia con "La desheredada" una "segunda manera" de novelar que supone una nueva conciencia artística. Su particular entendimiento de la realidad se reflejará en adelante a través de situaciones novelescas conflictivas vividas por personajes complejos que impresionan por su verdad humana. Para ello Galdós necesitará explotar novedades técnicas que retuercen la antigua retórica. "La desheredada" (1881) y "El amigo Manso" (1882) inician espléndidamente este nuevo camino. Si la primera demuestra que una ficción puede convertirse en tema y la segunda que el novelista puede novelarse a sí mismo, ambas revelan intención análoga de crear personajes autónomos: el lector verá crecer a Isidora en libertad, construyendo la novela que ella se inventa y que la determina; y conocerá en Máximo Manso a un personaje que afirma su falsedad como persona al mismo tiempo que reivindica su existencia como personaje literario.

Sinopsis: Otros conflictos y otras historias. Avanzando en la construcción de historias plenas de simbología individual y social, cierra Galdós la "primera época" de su narrativa publicando, en 1878, "Marianela" y "La familia de León Roch", dos novelas diferentes en extensión y en intensidad dramática, pero semejantes en la sustancia temática (el amor como conflicto) y en la intención de denuncia. Coinciden ambas novelas, además, en el trazado certero de los personajes y de los ámbitos morales, en la pintura de los escenarios, ricos en apuntes de actualidad; y también en el fracaso final de los protagonistas, inermes ante una sociedad anquilosada y egoísta. La concisión emocionante de "Marianela" confiere al relato airee de cuento literario cercano a lo maravillosos; "La familia de León Roch", sin embargo, es novela poliédrica, densa; compleja en estructura y rica en propuestas estilísticas.

Sinopsis: Inquietudes y ficción. La "imagen de la vida" que Galdós se propone novelar es mucho más que Historia. Y, aún en plena redacción de la segunda serie de Episodios, explora novedades estilísticas y temáticas en cuatro novelas que envuelven en ficción las inquietudes sociales del momento. "Doña Perfecta" (1876) y "Gloria" (1876-77), las dos primeras, vierten en relatos intensos y dinámicos sendas lecturas simbólicas del conflicto ideológico entre la España tradicional y la nueva clase media liberal, identificada aquélla en ambientes cerrados e inmovilistas y en fantasmas como el fanatismo religioso, la intolerancia o la hipocresía; y ésta en protagonistas lúcidos que encarnan el ideal de equilibrada tolerancia que desearían el narrador y el autor. La publicación de ambas novelas deparó al novelista éxito inmediato y la consolidación de su nombre más allá de las fronteras nacionales; pero también suscitó juicios apasionados desde distintos frentes ideológicos.

Sinopsis: Novelando la historia. Los cinco títulos de este tomo, redactados entre 1877 y 1879, cierran la segunda serie de los Episodios y --por ahora-- la novela histórica: "por la excesiva extensión que iba tomando...; por no acercarse a sucesos demasiado recientes", explica Galdós. Pero desde 1876 ya entreveraba la escritura de los Episodios con la de otras ficciones liberadas de rigor histórico; ellas ocuparán los tomos próximos de este proyecto. Para cerrar la serie, Galdós enlaza, sin violencias y especial primor literario, los avatares últimos del problemático reinado fernandino. No era fácil un balance positivo, ni un panorama libre de pesimismos. Consigue mediante la novela, sin embargo, una componenda aceptable: el relativo optimismo esperanzado que desvelan las opiniones y las actitudes, contrastadas pero complementarias, de sus personajes clave, liberales desilusionados pero razonables.

Sinopsis: Novelando la historia. Sin tregua, prosigue Galdós la redacción de los Episodios Nacionales publicando una segunda serie, cuyos cinco primeros títulos aparecen entre 1875 y 1876. El lector conocerá en ellos los entresijos de la España de Fernando VII envueltos en una urdimbre novelesca tan atractiva como eficaz. "El equipaje del rey José" plantea en su título la clave conceptual de toda la serie: la España resquebrajada en los dos bandos irreconciliables que deja el francés en su huida: «el furor de los guerreros de 1808 sólo había cambiado de lugar y de forma, porque continuaba en el campo de las conciencias y de las ideas», explica Galdós. Respondiendo a esta realidad, la novela construye individualidades antagónicas que van acomodando su peripecia personal al discurrir de los acontecimientos políticos.

Sinopsis: Novelando la historia. Entre 1874 y 1875, Pérez Galdós culmina la Primera serie de sus Episodios Nacionales con las cinco novelas que integran este volumen. Se continúa en ellas el relato histórico de la Guerra de la Independencia y el novelesco de Gabriel Araceli, la voz narradora que ha servido al autor como contrapunto eficaz de su visión de los hechos en toda la serie. Con Araceli y los héroes maños, el lector conocerá la magnitud trágica del sitio de "Zaragoza" y, mediante la voz interpuesta de otro narrador, la dureza conmovedora del de "Gerona"; "Cádiz" dará ocasión al lector de compartir el optimismo de las Cortes Constituyentes, mientra que con "Juan Martín el Empecinado" vivirá el realismo duro de las guerrillas. "La batalla de los Arapiles" cierra la serie y la Guerra contra el francés; cierra también la peripecia ejemplar de Araceli que, de criado a general, "(...) nació sin nada y lo tuvo todo".

Sinopsis: Novelando la historia. En 1873, Pérez Galdós inicia con "Trafalgar" la publicación de los Episodios Nacionales, un proyecto organizado en cinco series de diez episodios que envolverá en ficción la historia del XIX español, con voluntad de magisterio. En la sucesión de las novelitas, el lector conocerá los hechos históricos envueltos en el latido de la vida cotidiana y desde la perspectiva de quienes los protagonizan y los padecen. La primera serie novela los hechos de la guerra de la Independencia entre dos batallas: la de "Trafalgar" y la de "Arapiles" y desde la mirada de Gabriel Araceli, un héroe de ficción que enredará al lector en su peripecia personal mientras va madurando con las lecciones que recibe de la historia. En este volumen, el lector asistirá a hechos bélicos (Trafalgar, Bailén), conocerá los entresijos de la corte y sus intrigas (La corte de Carlos IV) y participará de la realidad de refriegas y levantamientos (El 19 de marzo y el 2 de mayo y Napoleón en Chamartín).

Sinopsis: Caminos para la novela. Afirmada definitivamente su vocación literaria, Pérez Galdós abre una ventana a la fantasía con su primer texto, "La Sombra". Pero no va a publicarlo por ahora; los tiempos estéticos parecen demandar otra cosa: "El pícaro natural tira y sujeta desde abajo" --explica--. Y mira a la historia cercana para mostrarla en clave de novela, "por la relación que pudiera encontrarse ente muchos sucesos aquí referidos y algo de lo que aquí pasa". Nacen así las primeras publicaciones "La Fontana de Oro" y "El audaz. Historia de un radical de antaño". "La Sombra" hallará acomodo en los folletines de la prensa, y tardará veinte años en aparecer en libro, junto a otros textos cortos de igual carácter.

Sinopsis: Pérez Galdós fue un hombre de gran cultura; un lector ávido de los clásicos y de la literatura europea de su época; un amante de las artes... Fue, sobre todo, un hombre de su tiempo en cuya problemática se involucró sin tapujos; directamente, o a través de la literatura en cuyo poder pedagógico creyó siempre; en el de la novela y en el más directo del teatro por el que demostró gran interés: escribió teatro antes que novela, nunca olvidó la cuestión teatral en sus artículos críticos, y es rico su taller de novelista en recursos teatrales de muy diversa índole. En 1892 subió a los escenarios con la versión teatral de su novela "Realidad". Tras el éxito de ese primer estreno, repite al año siguiente; y al otro... En adelante, sin olvidar la novela nunca abandonará el teatro; y un drama, "Santa Juana de Castilla" (1918), cerrará su andadura de creador.

Sinopsis: Pérez Galdós fue un hombre de gran cultura; un lector ávido de los clásicos y de la literatura europea de su época; un amante de las artes... Fue, sobre todo, un hombre de su tiempo en cuya problemática se involucró sin tapujos; directamente, o a través de la literatura en cuyo poder pedagógico creyó siempre; en el de la novela y en el más directo del teatro por el que demostró gran interés: escribió teatro antes que novela, nunca olvidó la cuestión teatral en sus artículos críticos, y es rico su taller de novelista en recursos teatrales de muy diversa índole. En 1892 subió a los escenarios con la versión teatral de su novela "Realidad". Tras el éxito de ese primer estreno, repite al año siguiente; y al otro... En adelante, sin olvidar la novela nunca abandonará el teatro; y un drama, "Santa Juana de Castilla" (1918), cerrará su andadura de creador.

Sinopsis: Pérez Galdós fue un hombre de gran cultura; un lector ávido de los clásicos y de la literatura europea de su época; un amante de las artes... Fue, sobre todo, un hombre de su tiempo en cuya problemática se involucró sin tapujos; directamente, o a través de la literatura en cuyo poder pedagógico creyó siempre; en el de la novela y en el más directo del teatro por el que demostró gran interés: escribió teatro antes que novela, nunca olvidó la cuestión teatral en sus artículos críticos, y es rico su taller de novelista en recursos teatrales de muy diversa índole. En 1892 subió a los escenarios con la versión teatral de su novela "Realidad". Tras el éxito de ese primer estreno, repite al año siguiente; y al otro... En adelante, sin olvidar la novela nunca abandonará el teatro; y un drama, "Santa Juana de Castilla" (1918), cerrará su andadura de creador.

Sinopsis: Pérez Galdós fue un hombre de gran cultura; un lector ávido de los clásicos y de la literatura europea de su época; un amante de las artes... Fue, sobre todo, un hombre de su tiempo en cuya problemática se involucró sin tapujos; directamente, o a través de la literatura en cuyo poder pedagógico creyó siempre; en el de la novela y en el más directo del teatro por el que demostró gran interés: escribió teatro antes que novela, nunca olvidó la cuestión teatral en sus artículos críticos, y es rico su taller de novelista en recursos teatrales de muy diversa índole. En 1892 subió a los escenarios con la versión teatral de su novela "Realidad". Tras el éxito de ese primer estreno, repite al año siguiente; y al otro... En adelante, sin olvidar la novela nunca abandonará el teatro; y un drama, "Santa Juana de Castilla" (1918), cerrará su andadura de creador.

Sinopsis: Como sus coetáneos realistas, Galdós arribó al cuento en el vapor de la prensa, dejándose contaminar de la marca de la época, del contacto con el cuadro costumbrista, de la influencia tradicional y de la clásica. Siendo cronista de "La Nación" (1868) dio a la luz su primer relato y, espaciadamente, siguió desgranando narraciones cortas entre novela y novela. No es tanta la diferencia, aclara don Benito: «Representa el primer albor de la novela, que se forma de aquéllos, apropiándose sus elementos». Son «lindas imágenes chicas de cosas grandes». Las narraciones cortas de Galdós suponen un eslabón más del cómo de sus modos literarios. Un eslabón imprescindible; porque nada es mayor ni menor en la creación de un autor grande.